El pasado 30 de julio Sam Shepard, actor, director y uno de los más importantes dramaturgos estadounidenses, murió a los 73 años como consecuencia de la ELA que padecía.
Hoy, en su homenaje y para que te desprendas de los efectos sedantes que quizá provocara el aleteo de la mariposita sobre tu piel tras leer la anterior entrada del blog, ESA TIERNA RIVALIDAD, te traigo un poema suyo, este de brutal ternura. Y, por favor, no le acuses, no nos acuses de violentos, deja a un lado la corrección política y ábrete a la literatura.
La traducción es de Juan Carlos Villavicencio
«Si todavía anduvieras por aquí», de Sam Shepard
Si todavía anduvieras por aquí
Te agarraría
Te sacudiría las rodillas
Te soplaría en ambas orejas aire caliente
Tú, que podrías escribir como una Pantera
Todo lo que se te metiera en las venas
Qué tipo de sangre verde
Hizo que te deslizaras a tu destino aciago
Si todavía anduvieras por aquí
Te destrozaría el miedo
Lo dejaría colgando fuera de ti
Como largas serpentinas
Como jirones de temor
Te daría vuelta
Para encarar al viento
Curvaría tu espalda sobre mi rodilla
Mordería tu cuello por atrás
Hasta que abrieras tu boca a esta vida