Hoy he recibido un wasap de Elena. Elena fue alumna mía en el bachillerato, y ahora es actriz. Hacía tiempo que no hablábamos. Me cuenta los proyectos en los que está trabajando y su actividad como actriz de doblaje. Sus doblajes los puedo escuchar en Ten, Cosmo y Mtv en la serie de dibujos Miss Moon. Y a finales de este mes se estrenará Famous in love, una serie de HBO, en la que hace de Alexis, “la mala malísima y guapa guapísima”.

Me gusta la idea de seguir su rastro sonoro, intentar localizar su voz entre los personajes, como si yo fuera un apache que pega la oreja a la tierra. Elena me dice que le ha gustado la imagen del “mapache”. Le digo que ha leído mal, que no he escrito mapache, sino apache, que se le ha colado la M de McDonald’s (esto se lo digo para tocarle un poco las narices) y que los apaches (sigo tocándole las narices) son una tribu de indios (indios con pluma, no con punto en la frente como aclaraba, aunque no necesita aclaración, uno de los personajes de no recuerdo qué película), y que pegaban la oreja a la tierra para oír si se acercaba el Séptimo de Caballería (los Donald Trump del pasado), y que su confusión viene probablemente porque ella no ha visto muchos westerns.

Elena me responde inmediatamente: “Veo todos los westerns y todas las bélicas”. No puedo ver su cara, y el tono del mensaje es neutro, pero leo entre líneas: “A ver si te crees que solo veo Mujercitas y Sonrisas y lágrimas”.

Esta es una de las buenas cosas que tiene ser profesor: puedes seguir las huellas de tus alumnos y comprobar cómo les va la vida. Veo a Elena sentada frente a su pupitre, con su adolescencia a cuestas, soñadora e inquieta, como un pajarillo temblando en su nido, y veo a Elena mujer fuerte y luchadora, excelente actriz (palabra de apache).

En ese resquicio entre una imagen y la otra está el latido de la vida, todo un misterio que no deja de sobrecogerme.

Si tú querer oír pasos de Elena, tú poner oreja AQUÍ