BAÑERAS
La niña se sumerge en la bañera y se emociona al ver cómo sube el nivel del agua. No es porque sea la primera vez que se baña en una bañera, ni porque se haya vuelto boba de repente, es porque hoy su profesora le ha hablado de Arquímedes y su famoso principio, y la niña ha empezado a entender que en cada gesto del ser humano, en cada elemento de la naturaleza, por insignificantes que puedan parecer, hay un misterio escondido, y ella, desde hoy, se va a esforzar para descubrirlos y gritar: “Eureka”, lo conseguí.
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No es cierto que yo le golpeara en la cabeza y estimulara así su capacidad de deducción. Eso forma parte de la leyenda. Pero exijo que la Historia reconozca mis méritos, pues fui yo quien se dejó caer del árbol en el día preciso, en el momento oportuno, justo al lado del hombre adecuado, un tal Isaac Newton.