EL PALO

Voy con Daniel caminando por el parque, entre las ramas que han caído de los árboles. Daniel tiene dos años y lleva una temporada en la que una de sus principales ocupaciones consiste en buscar un palo, pero no cualquier palo, sino el palo ideal. Esto lo pienso porque, por el momento, ningún palo le satisface. Se agacha, coge uno, lo mira y dice “Ete no, oto”, y sigue con su búsqueda. Yo a veces colaboro. Si veo alguno que pienso que podría gustarle, lo cojo y se lo muestro. Él lo agarra con su pequeña mano regordeta, lo observa como si fuera un doctor en palos y vuelve a decir “Ete no, oto”. Algunos de los palos que coge le duran algún tiempo en la mano, pero finalmente termina por arrojarlos al suelo.

Me gustaría saber qué criterios sigue en la elección del palo. He ido descartando posibilidades para el rechazo: que el palo estuviera astillado, que los extremos fueran afilados, que la textura raspara o pinchara…

Hoy he encontrado un palo de aproximadamente treinta centímetros que bien podría ser el palo ideal: completamente recto, de tres centímetros de diámetro y del color del café con leche cuando lo he liberado de la seca corteza que lo cubría, con una textura lisa, como pulida. “Mira, Daniel, la varita mágica de Harry Potter”, le digo blandiendo el palo en el aire. Daniel se ríe, me lo quita de la mano con urgencia y lo agita como si fuera una espada y no una varita mágica. Luego me dice: “Ete pampoco”.

Recuerdo un relato de Lydia Davis en el que una madre habla así de su bebé: “Mira la ventana con interés, serio. Mira un cuadro y sonríe. Es difícil saber qué significa esa sonrisa. ¿Le gusta el cuadro? ¿Le divierte? No, comprendes enseguida que sonríe al cuadro por la misma razón que te sonríe a ti: porque el cuadro lo está mirando”.

Y me pregunto si Daniel no estará esperando que alguno de esos palos que coge del suelo lo mire de una forma especial para poder decir “Ete sí”, un amor a primera vista entre el niño y el palo.

3 comentarios en “EL PALO

  1. Pingback: Comiendo con un filósofo | Las horas lentas

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s